El Arenteiro sabía que esta temporada no iba a tener nada que ver con la anterior. De dominar con absoluta solvencia dos de las tres competiciones en las que participó durante el pasado ejercicio, en el actual toca remar para salvarse, jugar, a veces bien, para perder y saber que si quiere sacar puntos deberá ir al límite en cada partido, casi en cada jugada de todos los encuentros.
En esa línea están resultando casi todos los partidos. El conjunto de Carballiño ha logrado abrir una racha de tres partidos consecutivos sin perder, que lo han sacado de la zona de descenso. El ciclo tiene un sabor agridulce por el empate en Espiñedo, contra el Tarazona, con el que se inició el ciclo. Lo más positivo de ese choque fue que el equipo demostró saber competir hasta el final, y tras recibir el 0-1, de penalti, casi sin tiempo para reaccionar, los verdes transformaron los posibles cero puntos en uno, gracias a un gol de Manín en el 90. Era el segundo que lograba en ese minuto.
Después vino el empate sin goles en Teruel, que de alguna manera redimió al equipo de la igualada contra el Tarazona, al ser contra otro equipo de «su liga» y en Pinilla.
Lo más agradable fue lo del pasado domingo, ante el Sestao River, también en Espiñedo. El internacional venezolano Miku anotó el gol del triunfo en el 90, transformado el posible punto en tres.
En definitiva, tres partidos seguidos sin perder y tres puntos más de los que ya se presumían por dos goles en el último minuto.


