ANÁLISIS | Racing C. Ferrol – CD Leganés (2-2)

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ANÁLISIS | Racing Ferrol – Leganés (2-2) 

El conjunto de Parralo se despidió de su afición, consiguiendo un más que merecido empate in extremis, frente al CD Leganés, posponiendo el ascenso del conjunto pepinero, al menos, hasta la próxima y última jornada del campeonato. 

Primera Parte 

El encuentro comenzaba con un estadio de A Malata lleno hasta la bandera, en donde más de 600 aficionados pepineros, coparon la grada visitante del fondo norte del feudo ferrolano, debido a la importancia que este tenía, para el devenir de su equipo. 

Por su parte, la parroquia racinguista, inmersa en una jornada de fiesta, gracias a toda las actividades organizadas en la previa por la Peña Entrecastillos la Federación de Peñas, iba ocupando sus asientos, con las últimas esperanzas de ver a su equipo, meterse en esos ansiados puestos de playoff, que cada vez se ponían más cuesta arriba. 

Por lo que respecta al partido en sí, los de Cristóbal estructurados en su 4  – 2 – 3 – 1 particular (con Bernal y Señé en el doble pivote, y Pinchi y Héber en los costados, ocupando el rol de extremos), comenzaron dominando el encuentro, con el balón como protagonista.  

En frente, un Leganés, posicionado (en fase defensiva), en un 4 – 4 – 1 – 1 en bloque medio, que trataría de juntar mucho sus líneas, evitando que jugadores como Álvaro, Iker o los ya mencionados, Pinchi y Héber, gozasen del espacio suficiente para poder generar peligro. 

La idea de Borja Jiménez con esto, era minimizar al máximo las virtudes de los locales, tratando a su vez de recuperar el balón, sin cometer demasiados riesgos. Priorizando en todo momento, el orden y el hecho de cubrir el pasillo central, y obligando de esta forma al Racing, a buscar constantemente el generar centros laterales, como única opción de llegar a la meta defendida por Diego Conde. 

Una situación en la que el conjunto madrileño se encontraba realmente cómodo, al obligar a jugadores como Pinchi, pese a no ser su especialidad, a centrar desde posiciones muy escoradas impidiéndole contar con la comodidad suficiente, para conectar con Álvaro.  

Para tratar de sacar mayor provecho a este tipo de acciones, Cristóbal insistía continuamente desde la banda, a Pinchi para que se metiese hacia dentro, con el objetivo de atraer la marca de su lateral, y así dejarle el espacio suficiente a su compañero Cubero.  

El lateral, cedido por el Eibar, se mostró muy participativo a lo largo de todo el encuentro, tanto en fase defensiva a la hora de solventar las contras lanzadas por los de Jiménez, como en fase ofensiva, aportando la profundidad que le faltaba a los suyos, llegando a línea de fondo e incluso, a zona de finalización, en numerables ocasiones. 

No obstante y cuando más cómodo se encontraba el Racing, un despiste defensivo, provocó que Sergio González, con un envío largo a espaldas de Jon (de nuevo, las vigilancias) conectase con su compañero Brasanac, que ya dentro del área, le dejaría el balón en bandeja, para que Miguel de la Fuente, batiese a Cantero estableciendo el 0-1 en el luminoso. 

Un tanto que ni mucho menos alteraría el plan de partido de un Racing, que continuaría llevando el ritmo y el control del partido, eso sí, sin contar con la profundidad suficiente, al encontrar serias dificultades para conectar entre líneas con jugadores como Iker Losada, debido a su posicionamiento compacto del Leganés. 

Un planteamiento ante el cual, jugadores como Señé o Bernal, deberían haber sido bajo mi opinión, un poco más ambiciosos, a la hora de ser ellos los encargados de finalizar alguna que otra jugada. Siendo varias, las oportunidades en la que se encontraron con el balón al borde del área, y que en lugar de disparar, optaron por abrir de nuevo hacia la banda, donde Pinchi apenas podía generar peligro, al no darse esas situaciones de 1vs1 (debido a la gran solidaridad defensiva de los visitantes), en las que el extremo coruñés acostumbra salir vencedor. 

Sin embargo, sería a raíz de uno de los múltiples centros, desde el carril derecho, que el Racing ejecutaría, donde nacería la acción de gol del empate. En este caso, Sergio González interceptaría la acción, con una dudosa mano dentro del área, que el colegiado Fuentes Molina no dudaría en conceder, al filo de la primera parte.  

Siendo esta vez, Álvaro Giménez, el encargado de establecer el 1-1 en el marcador, al materializar el penalti, y de recuperar la ilusión en la tribuna racinguista, que comenzaría a corear de nuevo, el tradicional cántico de “Si se puede”, mientras sus pupilos, se dirigían a la bocana de los vestuarios. 

Segunda Parte 

A la vuelta del descanso, Cristobal modificaría su esquema, pasando al 4 – 1 – 4 – 1, con Bernal como único pivote, con el objetivo de generar mayores superioridades por dentro. Obligando a que los visitantes de esta forma, comenzasen a centrar más su atención en esas zonas centrales, y descuidaran así, los carriles laterales. Unos carriles ocupados por Pinchi y Héber, situados para esta segunda mitad, de forma inversa a la primera parte. 

Sería precisamente Héber, poco preciso a lo largo de todo el encuentro, el encargado en el minuto 63, de abandonar el terreno de juego, ante una increíble ovación de la hinchada, para dar paso a Nacho. Un jugador de refresco, que le diese una nueva variabilidad táctica, al tratarse de un perfil mucho más asociativo, que el extremo ferrolano.  

Sería a partir de ahí, cuando el Racing comenzaría a ser dueño y amo del encuentro, gozando a pies de Pinchi, ya mucho más posicionado como casi un segundo mediapunta, de una de las mejores ocasiones del encuentro, al conectar un increíble disparo, con el larguero del conjunto blanquiazul. 

Un Pinchi, que sería sustituido por Sabin Merino, minutos antes de que Juan Cruz, recién incorporado, realizase una magnífica jugada individual que tras conectar con una pared al borde del área con su compañero Jorge Miramón, lograría batir a Cantero, colocando a los suyos de forma virtual, en la Primera División.  

No obstante y cuando todo parecía sentenciado, ante el júbilo de los pepineros desplazados, el colegiado decretaría un penalti en el minuto 92, de Nyom, por un posible codazo en el rostro de Iker Losada.  

Una infracción, que aprovecharía el vigués, Manu Justo, para establecer el empate definitivo, y que sumada a la remontada sobre la vocina del Real Valladolid, impediría a los madrileños, ser todavía, nuevo equipo de la Liga.  

Sin duda alguna un mazazo para los de Butarque, y un subidón de alegría para los gallegos, que se despedían de los suyos, con un más que meritorio empate. 

Con este resultado, el Racing se coloca en la 8ª plaza, a esperas de visitar el próximo Domingo al ya descendido Andorra, mientras que el Leganés, tratará de certificar de una vez por todas el ascenso, ésta vez recibiendo en Butarque al Elche. 

Sin duda alguna, una jornada muy apasionante y emotiva la del próximo fin de semana, y que supondrá un punto y seguido, a una de las etapas más bonitas del conjunto verde, de su historia. Pudiendo ser, el encuentro en el Estadi Nacional, el último para ciertos jugadores (como Bernal, al que ya le vincula con el Sporting de Gijón), así como para Cristóbal Parralo.  

Un técnico muy criticado por momentos (por su “falta de soluciones a nivel táctico” en ciertos encuentros), pero que gracias a su idea apoyada en ese juego de posición y ambicioso, le permitió al Racing salir del pozo de la 1ª federación, y codearse con los más grandes, del fútbol profesional. 

Pase lo que pase, en esta 42ª jornada, los racinguistas han cumplido con creces el objetivo fijado a comienzo de la temporada, a la que tratarán de poner el broche final con una victoria, este próximo fin de semana, que además les podría acercar a una cuantía de más de un millón de euros, en caso de terminar la competición en séptima posición.  

Una cantidad que le podría venir muy bien a la entidad departamental, para asentar las bases del nuevo proyecto de la temporada 24/25, en la que se aventuran cambios sustanciales.