El Racing de Ferrol ha cerrado el mercado de fichajes de invierno con la incorporación de cuatro jugadores, en un intento a la desesperada por corregir los errores de una planificación deficiente que ha condenado al equipo a la zona baja de LaLiga Hypermotion. Los ferrolanos son antepenúltimos con 22 puntos a 8 de la permanencia.
La mala planificación de un plantilla que nació coja y la tardanza en la destitución de Cristóbal Parralo han sumido al equipo en una crisis que finalmente obligó al cambio de timón con la llegada de Alejandro Menéndez y un mercado invernal que arroja muchas dudas.
Una planificación errónea que pasa factura
El director deportivo, Carlos Mouriz, ha intentado justificar la situación del equipo, pero la realidad es que el mercado de fichajes de verano dejó un equipo descompensado, sin piezas clave para competir con garantías. La falta de reacción en los primeros meses de la temporada, con un Cristóbal Parralo cada vez más cuestionado y un equipo sin identidad, agravó la crisis hasta el punto de que el cambio de entrenador llegó demasiado tarde.
Los fichajes de invierno, lejos de ser refuerzos estratégicos, parecen más una solución improvisada para cubrir huecos. Dos jóvenes promesas como Raúl Blanco y Naim García llegan con más proyección que experiencia, mientras que las incorporaciones de última hora de Héber Pena y Enmanuel Insúa dejan muchas dudas, ya que ambos futbolistas han llegado sin el ritmo de competición suficiente. Con todo, tanto el ferrolano Héber como el joven Naim ya demostraron el pasado sábado que a poco que cojan el tono aportarán lo que le ha faltado al equipo desde las bandas durante toda la temporada. Más extraño es el caso de Insúa, que llega para reforzar un lateral izquierdo huérfano desde hace ya muchas jornadas, pero que de momento y en palabras del propio Alejandro Menéndez no está cerca del ritmo de competición.
Un mercado de invierno decepcionante
El Racing intentó reforzarse con jugadores de mayor nivel, pero las negociaciones no fructificaron. Mouriz ha admitido que se exploraron varias opciones y se intentaron incorporaciones como la de Miguel Román, pero una combinación de factores externos y decisiones tardías impidieron que llegaran refuerzos de peso. Al final, el Racing de Ferrol ha tenido que conformarse con lo que quedaba disponible, sin poder realizar los fichajes que realmente necesitaba para dar un giro a su situación. Un claro ejemplo es el NO fichaje de un medio centro que tanto necesita el equipo.
Las explicaciones de Mouriz no han convencido a casi nadie. La afición esperaba una reconstrucción real y lo que ha encontrado es un equipo que sigue sin rumbo claro y con un proyecto deportivo cada vez más cuestionado.
Un futuro incierto y una salvación en duda
Con la plantilla cerrada, el Racing de Ferrol encara el tramo decisivo de la temporada con dudas y una plantilla que sigue generando incertidumbre. Mouriz insiste en que hay potencial suficiente para revertir la situación, pero los hechos hasta ahora demuestran lo contrario. El efecto Menéndez que tan buen resutado dio ante el Levante, se diluyó como un azucarillo el pasado sábado en A Malata ante un Castellón, rival directo por la permanencia, que sin demasiado esfuerzo se llevó los tres puntos de A Malata.
«No somos tan malos como reflejan los resultados actuales. Hay tiempo para cambiar la dinámica y lo vamos a pelear hasta el final», ha afirmado Mouriz. Sin embargo, estas palabras parecen más una expresión de deseo que una realidad tangible.
El club sigue vendiendo el futuro con proyectos como la ciudad deportiva y la alianza con el Tondela, pero lo cierto es que lo que importa ahora es lo que sucede en el terreno de juego. Ahí, está claro que la cosa no funciona como debiera y está por ver si Alejandro Menéndez es capaz de obrar el milagro con los mimbres disponibles.
El reto de evitar el desastre
El Racing de Ferrol se enfrenta a una segunda mitad de temporada con el agua al cuello. La planificación fallida del verano ha llevado al equipo a una situación límite, con una afición desencantada y un equipo que no termina de arrancar, la lucha por la permanencia se prevé agónica.
La próxima visita al Mirandés y los envites en A Malata ante el Córdoba y a domicilio del Huesca, podrían dictar sentencia. De llegar vivo, el Racing se la jugará ante el Burgos en A Malata el próximo 5 de marzo en la disputa del partido aplazado por el temporal y que se antoja como un duelo a vida o muerte por la permanencia.