El partido entre Real Madrid y Atlético está marcado por una semana de crispación y reproches
Esta noche, a las 21:00 horas, el Santiago Bernabéu se convierte en el epicentro del fútbol español con un derbi que trasciende lo deportivo. La previa del duelo ha estado cargada de controversia, con el arbitraje en el ojo del huracán y críticas cruzadas entre ambos equipos. El origen del conflicto: la polémica entrada de Romero sobre Mbappé en Cornellà, que no derivó en una tarjeta roja y desató la indignación en el club blanco.
El Real Madrid ha elevado el tono, enviando una carta formal a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y al Consejo Superior de Deportes (CSD), denunciando una «adulteración de la competición» y exigiendo transparencia en la comunicación entre el árbitro y el VAR. La entidad merengue incluso amenazó con recurrir a la justicia si no recibe los audios del incidente.
La respuesta del Atleti
Mientras tanto, la respuesta del Atlético no se ha hecho esperar. El club rojiblanco ha recurrido al ingenio en redes sociales para ironizar sobre la situación, publicando viñetas satíricas al estilo de IKEA en las que acusaban al Madrid de «presionar a los árbitros» y manipular la opinión pública a través de sus medios afines. La tensión también se ha trasladado a las calles de la capital, donde una pancarta con el mensaje «Eternos segundones» apareció colgada en un puente de la M-30, alimentando la hostilidad entre ambas aficiones.
En este ambiente de crispación, la RFEF organizó un encuentro con dirigentes de varios clubes para debatir sobre la situación arbitral, pero el Real Madrid decidió no participar, alegando falta de garantías. Las posturas en el fútbol español están divididas: mientras algunos, como el presidente del Betis, piden mayor firmeza contra los comunicados incendiarios, otros, como el presidente del Getafe, reconocen que «algo hay que hacer» ante la creciente polémica arbitral.
El encargado de impartir justicia en el derbi será César Soto Grado, una decisión que no ha caído bien en el Madrid, que considera que sus antecedentes con el colegiado no le favorecen. Bajo este clima de desconfianza y rivalidad encendida, el fútbol buscará recuperar su protagonismo en el verde. Pero, gane quien gane, el eco de la polémica promete extenderse más allá de los 90 minutos.
