El Celta de Vigo y Rafa Benítez han finalizado formalmente su relación laboral con la conclusión del proceso de finiquito, tras varios desacuerdos y negociaciones.
Este acuerdo se alcanzó después de aproximadamente un mes y medio desde que Benítez fuera destituido como entrenador del equipo, culminando en un proceso de mediación en el SMAC (Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación).
El club gallego destacó en un comunicado que este acuerdo es el resultado del compromiso de Benítez por «ayudar al Celta y no perjudicar al club», asegurando su apoyo continuo al proyecto del equipo. Este pacto representa un alivio para la directiva del Celta, permitiéndoles avanzar en la planificación de futuros fichajes y la gestión del límite salarial para las próximas temporadas.
Benítez se había unido al Celta en julio con un contrato de tres años, el cual incluía cláusulas de salida en la última temporada. Sin embargo, las negociaciones sobre la compensación económica derivada de la terminación anticipada del contrato presentaron discrepancias, lo que llevó a la necesidad de recurrir a mediación para resolver los detalles pendientes.
Este cierre de etapa con Benítez permite al Celta de Vigo enfocarse en su reestructuración y preparación para los desafíos futuros, buscando estabilidad y crecimiento en las próximas temporadas.