El CD Lugo atraviesa la peor crisis deportiva de sus últimos tiempos, amenazado por el descenso, con Roberto Trashorras, el tercer entrenador de esta temporada, en la picota y en busca del cuarto que sea capaz de salvar los muebles y que la casa no termine por venirse abajo con un descenso que supondría una auténtica catástrofe para la afición lucense y para la entidad que dirige Tino Saqués.
En un movimiento que podría volvere a alterar el curso de su temporada, el presidente del CD Lugo, Tino Saqués, está considerando seriamente la destitución del actual entrenador, Trashorras, tras una serie de resultados desastrosos que han dejado al club al borde del descenso.
Trashorras, quien tomó las riendas del equipo con la esperanza de revitalizar su suerte, se enfrenta a críticas severas por la falta de resultados positivos y una gestión del equipo que muchos ven como caótica y desorganizada. La situación llegó a un punto crítico después de las recientes declaraciones del entrenador, que han sido percibidas como insultantes y desconectadas de la realidad por los aficionados y la dirección del club.
El equipo, que no ha logrado marcar ni un solo gol en los últimos cinco encuentros, se encuentra actualmente a solo tres puntos de la zona de descenso. Esta crisis de resultados ha provocado que Saqués se movilice, para encontrar posibles candidatos para el banquillo, en un intento por salvar al club de una caída a la segunda federación.
Fuentes cercanas al club sugieren que la lista de potenciales sustitutos incluye a varios ex entrenadores de la Liga, así como a figuras emergentes que han mostrado su habilidad en situaciones de presión en otras ligas menores.
Mientras tanto, los aficionados del CD Lugo expresan su frustración y ansiedad ante la incertidumbre. La comunidad espera una decisión de Saqúes al respecto para evitar un descenso, que sería devastador para el club y sus seguidores.
El CD Lugo enfrenta semanas decisivas mientras busca regresar a una senda victoriosa bajo la posible dirección de un nuevo técnico, con la esperanza de permanecer en la competición el próximo año. El futuro del club podría depender de esta crítica decisión, haciendo de cada partido restante una final absoluta.
