A Cheda fue testigo de un mítico partido de campaña: piernas tiesas y muchos erorres que durante el paso del tiempo seran subsanados. Al término del choque vencieron los locales por dos a cero.
El Outeiro únicamente contó con 13 jugadores, cerrándose atrás y buscando el contraataque. Disfrutaron de algún saque de esquina o rechaces pero sin generar peligro a la Residencia.
Los blanquiazules, con 22 jugadores disponibles, tuvieron más control, aunque se mostraron imprecisos en pases a priori sencillos. Son tónicas habituales a estas alturas del curso futbolístico.
La primera parte acabó con empate a cero y con la Residencia controlando el ritmo del juego a través de la posesión.
Segundo acto
En la segunda mitad los locales mejoraron sus prestaciones en cuanto a la precisión, mientras que los visitantes bajaron a nivel físico al carecer de cambios suficientes.
Edrosa abrió la lata tras aprovechar un rechace a la altura del punto de penalti. Poco después Rois, desde el borde del área, hizo el segundo con la zurda haciendo gala del guante que tiene en dicho pie.