En una semana en la que Carlos Vicente ha cobrado el mayor protagonismo en el Racing, es el momento de reivindicar también a Iker Losada. Si el maño está destacando en su estreno en la categoría de Plata, también va por idéntica senda, aunque parezca no tener el reconocimiento de su compañero, el vikingo que en el tiempo del estío llegó a A Malata desde A Madroa.
Contra el Andorra se le ocurrió marcar su tercer 1-0 en un partido de esta Liga. Sus primeros goles en un partido han valido siete puntos al Racing, y aún nos preguntamos porqué no nueve si pensamos con tristeza en el de Alcorcón.
El de Catoira anotó el primer gol oficial del Racing esta temporada. Un golpe franco directo suyo cambió el partido de Elche y, emocionalmente, puede que hasta el perfil competitivo del Racing. Su gol ayudó a que los diablos verdes ganasen seguridad y otorgasen toda la credibilidad a la propuesta de Cristóbal Parralo. El significado de ese triunfo en el feudo de uno de los que venían de Primera no tuvo precio.
En Santo Domingo de Alcorcón, los verdes ya empezaban a contar tres puntos porque Losada volvió a hacer el primer gol, en este caso otro 0-1, en el minuto 89. Luego pasó lo que pasó y Dyego Sousa empató en la prolongación.
Contra el Andorra, ajustó su cuerpo al del defensor para coordinarse con Álvaro, que le tiró el pase. Arrancó para comerse el área por el carril del 8 y sorprendió a Dani Martín con un chut a media altura, cruzado, con el ángulo preciso para que ni el toque del arquero pudiese impedir que el cuero se arrugase al golpear el lateral interno de la red. Debió celebrarlo dos veces por culpa del VAR.
Era el minuto once y lograba, por primera vez en el ejercicio, que el Racing pudiese especular con una ventaja tomada durante el primer cuarto de hora.

Con catorce jornadas celebradas, Iker Losada es el máximo goleador del equipo con cuatro dianas, las mismas que Héber. El otro gol también fue valioso, porque permitió el segundo y definitivo empate contra el Villarreal B. Dos goles en A Malata y otros dos lejos del coliseo verde.
La pasada temporada anotó nueve. En cualquier caso, se hace necesario resaltar media docena de ellos por su trascendencia en esos partidos:
1. Contra el Alcorcón en Santo Domingo.
2. Contra el del Deportivo, al minuto de juego, en Balaídos.
3. Contra la Leonesa en el mismo lugar.
4. Contra el propio Racing en el infame penalti que Palencia Caballero pitó a Manzanara, con el que el vasco reivindicó el lejano recuerdo de los abusos a los que los verdes fueron sometidos por el Celta en el Campeonato Gallego, gracias a que en el pensamiento del trencilla de turno aparecía la imagen de Hándicap, polémico primer presidente del colectivo arbitral galaico, por calificarlo de una forma suave, sobrevolando las áreas de Balaídos cuando era necesario. Cosas de hace un siglo, ensartadas en un segundo, por otro penalti en Vigo que no fue.
5. Contra el Linares en casa.
6. Y contra el Córdoba en el Nuevo El Arcángel.
Todos ellos, seis de los nueve, fueron con 0-0 en cada uno de esos choques. Cinco años de cantera celeste para aprovecharlos a tope en el Racing, donde vive su estreno como profesional.