Villalbés de nacimiento y, lo más importante, de sentimiento. Simón Lamas lleva el fútbol en vena y, en lo más cálido de su corazón a su Racing, el de la capital de A Terra Cha.
Es su casa, la de su familia, a la que en poco tiempo le ha dado todo. Sus marcas ya son imborrables. El niño que con cinco años no salía del vetusto Roca, que no se perdía un partido en A Madalena, al que le daba aún tiempo para pelotear por uno de los fondos, vio cómo el equipo de su alma le abría la puerta para entrenar, para crecer y madurar en un banco. Se lo devolvió con creces. Primero llevó al juvenil a la División de Honor; después, en un momento de transición, tras sustituir a Juan Peón, comenzó un ciclo con el primer equipo que aún no concluyó. El pasado junio cumplió un sueño con el ascenso a Segunda Federación. El Racing Villalbés está en el top 10 del fútbol gallego y Simón Lamas tiene mucho que ver en ello.
Historia de una vocación
¿Quién es Simòn Lamas?
El entrenador del Racing Villalbés, un amante del fútbol, una persona que siempre estuvo ligada a este mundo. En unos momentos de mi pubertad descubrí que me gustaba más entrenar que jugar y compaginé ambas cosas en los primeros años. Luego, con 21 años, estando ya en la primera plantilla, me tocó la oportunidad de entrenar fútbol base, rápidamente me di cuenta de que este era mi camino. En mi vida, por mi forma de vivir, nunca hubo un fin de semana en el que no hubiera fútbol. Ahora mismo puedo disfrutar de esta profesión, es lo que más me gusta y creo que eso tiene un valor muy grande.

¿Cuándo fue ese momento en el que realmente te diste cuenta de tu vocación?
Creo que son cosas que uno va sintiendo. No hay un momento que recuerde que fue aquí. Me llamaba mucho la atención el tema táctico. Incluso, cuando era pequeño, no jugaba al FIFA, sino al Football Mannager o al Championship Mannager. Es decir, siempre me gustó la gestión y, sobre todo, liderar, ayudar a los compañeros, colocarlos. Me fijaba como entrenaban mis entrenadores. Por ejemplo, en el único año en el que no estuve en Vilalba, pues estuve en el Racing de Ferrol, en División de Honor, iba hablando con Juáncar comentando situaciones del juego, o luego con entrenadores como Cata, con los que tenías la facilidad de poder preguntarles cosas. Creí que por ahí podía tener un camino. Probablemente me llegara antes de tiempo, aunque cuando dejé de jugar no me llamó la atención ningún proyecto. El fútbol, por aquel entonces, estaba en Lugo un poco obsoleto. En los proyectos que había en Preferente no se entrenaba, no había la profesionalidad con la que a mí me gusta tomarme esto.
Ascenso a División de Honor
¿Qué significó para ti el hecho histórico de ser el único capaz de llevar a un equipo juvenil del Racing Villalbés a la División de Honor?
Cuando en la base un entrenador se ocupa en cuerpo y alma, los resultados van llegando. Evidentemente, los objetivos pueden ser unos u otros y dependes de muchos factores. Yo, rápidamente, me di cuenta que mis equipos eran competitivos, que fuesen infantiles, o cadetes, era difícil que les ganaran. Con 22 años cojo el juvenil y fue el primer momento que podamos considerar complejo. Ese año llega al club Óscar Gilsanz, que para mí es una persona importante, fue también el último año como juvenil de Villares, y resultó ser una temporada muy ilusionante, en la que nos quedamos a las puertas del ascenso, en la que me doy cuenta que los resultados me están llegando pronto y que estoy bien posicionado. Luego llegó cierto interés del Lugo, cuya base estaba dirigida por un grandísimo profesional como Adrián Laureda. Pienso que la clave fue nunca querer correr. En el segundo año conseguimos el ascenso a División de Honor. Después hubo momentos que me hicieron madurar mucho, como el fallecimiento de Jorge Tato. Son muy duros y se viven en soledad. Óscar Gilsanz me enseñó a ver el fútbol de otra manera, se acercó mucho a mí, me hizo trabajar muy a gusto y gran parte de mi aprendizaje se lo debo a él y a su forma de trabajar en Vilalba.

Los momentos de soledad
¿En qué momentos siente un entrenador la soledad y cómo los resuelve?
Creo que el que más solo está es el entrenador. Los árbitros están solos el día del partido, pero luego son un colectivo que se defiende a ultranza de una manera muy digna al nivel profesional; los porteros, al final, son futbolistas que están dentro del equipo; y el entrenador es el responsable, sobre todo en las derrotas, el de menor protagonismo cuando se gana y el peor colocado en las derrotas. El entrenador está en el punto de mira, sobre todo en las derrotas. Cuando un equipo pierde, por lo menos en mi caso, está dándole vueltas hasta el miércoles. Se disfruta muy poco de los buenos momentos, como el ascenso del año pasado, en comparación a lo que se siente en los malos momentos. Lo digo aún sin haber vivido una destitución. Creo que ese es uno de los momentos en los que te haces entrenador. Cierto que con trabajo los malos momentos se superan.
Ser profeta
Hay un tópico que dice que nadie es profeta en su tierra. Tu lo eres.
Es de lo que más orgulloso estoy. Primero, porque conozco a mucha gente que viene al fútbol; incluso con este ascenso, durante el play-off notabas el cariño hasta de la gente que no venía al fútbol, pero que estaba entusiasmada porque el Racing estuviera ahí. Conseguir estas cosas aquí me hace sentir orgulloso y responsable. Probablemente, dentro de unos años, lo veré con más cariño porque ahora estás enfocado en seguir dando pasos, en seguir trabajando. Sentiré orgullo porque es muy complicado lograrlo, que te den la oportunidad, y creo que soy el único entrenador de Vilalba, que tuvo el primer equipo en las últimas décadas – estoy muy agradecido a Paco Ruiz, sobre todo en aquel momento -, y porque es difícil que se den estas cosas en el mundo del fútbol.

El comienzo de esta historia
Llegas al primer equipo sustituyendo a Juan Peón. ¿Cómo viviste la situación?
Por eso hablaba de la soledad del entrenador. Hay muchos en paro, que necesitan trabajar y somos muchos para pocos clubes. No es grato reemplazar a un compañero. Yo sacara el nivel 3 ese verano. En marzo recibiera la llamada del Santaballés, en Primera Autonómica. Después del descenso del juvenil de División de Honor creí que mi etapa allí estaba concluida y, aunque sigo en el club como director del fútbol base, me atrae dar el paso al fútbol senior. Acepto el reto y la relación con Peón desde el primer momento, tras la salida de Óscar Gilsanz. Peón llega en un momento complicado. El club había jugado play-off y muchos futbolistas marchan. Villares, Marcos Souto, Sergio Arias, Antonio, Rubén Gómez … futbolistas capitales en ese equipo y un momento de euforia que acaba de vivirse. La reestructuración era total y absoluta y la viví de cerca ayudando a Juan Peón todo lo que pude. Juan vino con mucha ilusión, con muchas ganas, con mucha experiencia, probablemente acostumbrado a otro tipo de fútbol. Hubo jugadores destinados a marcar diferencias, como Diego Rey, que tuvo problemas en una rodilla y todas estas cosas hicieron que se vivieran momentos complicados. Lo normal es que cuando cambias tantos jugadores se haga más difícil acertar. Además, no todos los jugadores mantiene el nivel del año anterior. Recordemos de nuevo que Antonio, uno de los mejores centrales en la historia del club, ya no estaba, Sergio Arias, uno de los mejores delanteros en la historia del club, ya no estaba, y Diego Villares, probablemente el mejor jugador en la historia del club, tampoco estaba. Es difícil tener resultados con tanto cambio, todo se fue enquistando y Juan, que probablemente también se responsabilizó más por ese play-off y los resultados hicieron que el clima fuera complicado y que los resultados fueran minando la confianza de todo el grupo. Juan es un gran trabajador, también parte de la historia, al que le tocó vivir ese momento complicado.
¿Existe una escuela de fútbol villalbés basada en la verticalidad, en la velocidad, en definitiva, en lo que vosotros estáis haciendo desde hace tiempo?
Creo que sí. A parte, creo que es lo mejor que podemos hacer: identificarnos con algo, tener unos valores y, a partir de ahí, sea quien sea el que esté aquí, adaptarse y ver el fútbol de una manera. Athletic de Bilbao, Osasuna, los del norte, pueden identificarse con nuestra filosofía. Con ello, todos tenemos un guion y sabemos por dónde tenemos que ir. Desde que tengo cinco años y venía aquí notaba que a los aficionados les gustaba el futbolista que lo daba todo y, además, jugadores que aportaban su calidad como Justino, como Villares. Un sitio que se identifica con algo parte con muchísima ventaja. Yo creo que también siento así el fútbol, pero me podría adaptar a otros escenarios, a otras propuestas, por mi formación con profesores como Míchel Alonso, Yago Iglesias, que me marcaron, o como Óscar Gilsanz, que sin ser mi profesor, me marcó con sus vivencias. Creo que conozco y entiendo el juego, pero tal vez porque soy de aquí, pienso que hay que llegar rápido al área rival, generar el mayor número de ocasiones posible y ser ordenado. Creo que nuestros equipos tienen que ser reconocibles a través de esos ítems. Además, este es un deporte de equipo y el jugador debe ser solidario y agresivo sin balón. Lógicamente, en función de futbolistas tienes que dar matices a la idea. También tengo que decir que soy un apasionado del equilibrio. Muchas veces, si tu llegas rápido, el rival viene de vuelta rápido, eso abre el partido y puede interesar o no. El fútbol es un deporte tan maravilloso que tiene muchísima vida.

Los jugadores
Hablemos de jugadores. ¿De alguna manera eres un recuperador de jugadores y estoy pensando en carriles con dos nombres, Buyo y José Varela?
La madurez en ambos también es diferente. Son dos jugadores muy humildes, no tienen ego y eso les permite entregarse al entrenador para que trabaje con ellos. Los dos trabajan, son grandes trabajadores. Quizá Óscar Gilsanz ya comenzara el trabajo defensivo con Buyo cuando estuvo aquí. Nosotros le dimos continuidad intentando también que al nivel ofensivo nos diera una proyección. A los dos les beneficia llegar, más que estar, disponer de espacio más que estar en oposiciones avanzadas porque son muy veloces. José Varela intuye muy bien los espacios y Buyo tiene un cambio de ritmo brutal. Después entiendo que se ha generado una confianza conmigo tras todos estos años juntos. El el caso de Jose (Varela) creo que le va a venir mejor esta categoría que la Tercera pues se van a dar más situaciones de llegada en Segunda Federación porque somos más un equipo de contragolpe, que en Tercera, en la que ya éramos más dominadores. Es un jugador con el que yo bromeaba diciendo que si un día estaba en una categoría superior a la Tercera, me lo llevaría, y al final fue una realidad. Está preparado para competir a este nivel, capaz de adaptarse a todo lo que le pides.
Varela es un apellido reconocible en el equipo, porque el otro es Javi.
Javi es un gran jugador, que ha progresado mucho, con una alta capacidad de sacrificio y con un trabajo sin balón impresionante. Uno de los momentos importantes a ese nivel fue en Oviedo, donde sorprendimos a un equipo que no se imaginaba que pudiésemos jugar como lo hicimos. El fue determinante y también tiene mucho mérito pues su esfuerzo físico lo combina con trabajo. La temporada pasada, cuando jugamos en Vigo contra el Gran Peña, vino sin dormir e hizo un partidazo, robando todo en el medio del campo, superando a futbolistas como De la Iglesia. En nuestro equipo tiene un papel decisivo.
Make es otro que marchó de casa, no triunfó en un Compostela con necesidades, volvió y lo recuperasteis.
Es un jugador que casa al cien por cien con la idea de aquí, con este fútbol de robar, de ser agresivo, de ritmo alto … Él es un recuperador excepcional, un jugador que saltando hacia adelante en la presión probablemente sea el mejor que tenemos. Quizá en Santiago faltó que le dieran la confianza que le damos aquí. A partir de ahí vuelve a jugar muchos partidos, a disponer de muchos minutos. El día de la Arandina hizo un partido excepcional. Make tiene un mérito extraordinario, como Jose Varela y Buyo, porque compaginan el trabajo con el fútbol en una categoría que cada vez es más profesional.

Uno de los futbolistas que me parecen excepcionales en la plantilla es Álex Pérez, capaz de adaptarse a muchas cosas diferentes que ya le has pedido.
Creo que Álex cayó de pie aquí. Creo que se están haciendo las cosas con mucho criterio para traer futbolistas. No solo yo, sino Pablo Vivero. Tenemos un guion y, a partir de ahí, ¿qué necesitamos para llevarlo a cabo? Álex Pérez es uno de los mejores ejemplos de ésto. Venía del Choco jugando como lateral, como carrilero, muchísimos minutos. Nosotros lo tuvimos que utilizar ahí a principios de la pasada temporada por unos problemas que tenía Buyo, pero sabíamos que nos iba a aportar más cosas jugando en posición más adelantada. Creo que su posición es como segundo punta, por detrás de un delantero de referencia. Entiende muy bien la presión, en capaz de entender la presión de distintas formas, tanto en bloque más alto como más bajo. Es un jugador importante en los duelos, capaz de robar, de intimidar en esa presión y al nivel físico nos da muchísima profundidad, desmarque de ruptura. Tiene que mejorar de cara al gol. El año pasado insistimos mucho en ésto con él. Tenemos que ayudale. Él mete gol, pero tiene que tener más tranquilidad en esas situaciones finales de portería. En ese caso dará un salto en su trayectoria. Además, en lo personal es maravilloso. Ya lo sabíamos porque le preguntamos a Diego Villares, con el que coincidiera en el Fabril. Me enorgullece ver la temporada que hizo el año pasado porque lo merece, tras unos años en el Arzúa, o en el Fabril, donde no tuvo demasiado protagonismo, o en Redondela, donde hubo muchos altibajos para él. Es un trabajador incansable.
En contraposición a todos los comentados, desde la pasada campaña tenéis aquí a Pablo Rey que, entre todas las categorías, probablemente sea el jugador con mejor pie de todo el fútbol gallego en los últimos años.
Para nosotros, contar con Pablo (Rey) fue dar un salto de calidad. Con él, el vestuario creyó un poco más en las expectativas que se podían dar. Es un líder y, aunque no sea uno de los capitanes, nadie mejor para liderar un vestuario que alguien como él. Qué mejor que, con toda su trayectoria en su Racing (Ferrol), que sea el que más le guste entrenar, el que más le guste hablar de cómo jugar, por los rivales … Todo éso impregna a sus compañeros de una positividad, de una confianza. Fue clave en la pasada temporada para dar tranquilidad en los momentos en los que no lo pasamos bien y tener a quien darle el balón en los momentos difíciles de partidos, pues no le pesa la responsabilidad. En balón parado es extraordinario. En el play-off conseguimos cuatro goles a consecuencia del balón parado y este año. En Segunda Federación, también tiene que ser una persona importante. A pesar de su historial es otra persona que se adapta mucho. Tengo una relación con él espléndida. Tenía mucho respeto a lo que era trabajar con él por su recorrido y supuso una de las mejores sorpresas que he encontrado en mi carrera. La diferencia en la calidad de entrenamiento que hay cuando está él y cuando no está es increíble. Lo del golpeo todos lo sabíamos, pero lo que aporta en el trabajo diario es fundamental.

El debut del equipo en una nueva categoría supone complicaciones que obligan a cambiar cosas. Habéis fichado bien en todas las posiciones. Delante, jugadores como Christian, que hace tres años, en Polvorín, no solo marcaba, sino que marcaba muchos 1-0; en el centro, a un futbolista como Uzal; y atrás, parece que os llueven los porteros buenos desde hace tres años.
No creo mucho en el mercado nacional. Para mí lo mejor para el futbolista es que esté en su entorno. Encontrar un portero sub’23 fue muy complicado encontrarlo en Galicia, pero tuvimos fortuna con Arturo. Fuera de ello buscábamos jugadores de Coruña, Lugo, Ferrol, o que si vienen a vivir aquí, que tengan la familia cerca. Teníamos que tener jugadores de nuestras características, que mejoraran lo que ya teníamos, manteniendo la idea de grupo para no partir de cero, Creo que nos movimos bien, incluso incorporando a Kiko, que es un chico de Vilalba, de mi pandilla. Los casos de Uzal o de Christian son muy claros, por eso intentamos hacerlo rápido. Uzal, para mí, fue el mejor jugador del Bergantiños en los últimos años, ya lo demostrara en su etapa en Somozas, y lo conocía de coincidir con él en selecciones gallegas, y Christian es el perfil que tiene que buscar el equipo. Es un jugador con ambición. Prácticamente todos vienen de descender. Otros como Luis (Castro) aportan mucha profesionalidad. Con Izan y Arturo lo mismo, pues aunque vienen de Málaga lo hacen con una educación deportiva y familiar tremendas, con mucha profesionalidad. Sé que van a tener su oportunidad y sé que no la van a dejar pasar. Y luego está el caso de Nathan(iel), con un talento y unas posibilidades tremendas. Buscábamos algo atrás y fuimos a incorporar a un jugador de Primera Autonómica. Creo que el rendimiento defensivo del equipo es muy alto. Nos están tirando muy poco, dando pocas oportunidades, salvo en el primer tiempo del partido contra el Rayo Cantabria. Pablo (Vivero) fue su gran valedor. Lo de los porteros tuvimos suerte con Ángel, que era de aquí y venía de temporadas malas, luego nos marcha por un tema laboral y parecía que quedaríamos mermados en esa posición, pero apareció el caso de Álex (Santomé) que también tiene familia aquí. Él buscaba un entorno tranquilo y solo necesitaba tener confianza y destaparse. Si trabajas bien con futbolistas de fuera, los de Galicia lo ven y también quieren formar parte de un grupo así. Recuerdo en esa línea a otros anteriores como Pedrosa.
Otro jugador que siempre me dijeron que sería excepcional desde su debut en Tercera, en 2012/13, en Narón, es Santi. Pero tengo la sensación de que no llegó a dar todo lo que se esperaba de él. ¿Tu qué opinas?
Puede que esa madurez le llegase más tarde de lo que debería. Acostumbrado a un fútbol más posicional, en el que tener el balón era primordial, adaptarse a otros contextos puede que le costara un poquito más. Su mejor época fue la del Compostela, luego se fue al Lealtad, y ya hiciera buenos números en As Pontes. Eso sí, todo el mundo que convivió con él coincide en que ya se veía que tenía talento. Es un poco cabezota como yo, pero creo que se fue dando cuenta de que tenía que adaptarse. Sus datos físicos, que vemos en los GPS, excepcionales. Él destaca mucho con balón. Por ejemplo, en el último partido, contra el Covadonga, nos mejoró muchísimo, el día de la Arandina jugó diez minutos y fue clave, con una asistencia a Isaac, que acabó en el gol de Javi (Rey) excepcional … Es un futbolista que merece estar en esta categoría por su trabajo y por el fútbol que tiene dentro. También dentro del vestuario aporta muchísimo, es capaz de ser competitivo, que puede que le faltara en otros momentos. Desde que llegó aquí nos permitió jugar a otro tipo de fútbol diferente, con un juego entre líneas, pues cuando recibe de espaldas es un jugadorazo.
Estamos hablando de muchos jugadores, pero no quería dejar de hablar de dos más. Uno lo has citado y es Kiko. ¿Has recompuesto un juguete roto?
Ya lo vimos en Somozas. Llevamos toda la vida juntos, jugando hasta que el dio el salto. Un central de esa capacidad física, que no es lento pese a la estatura, y que tiene manejo de balón para filtrar pases, juega en corto, en largo … tiene que mejorar sus números al nivel ofensivo en remates de cabeza. Creo que ahora es un jugador con madurez, esa que le pudo faltar en sus momentos importantes. Se nota que está en un entorno de confianza máxima, dentro del campo tiene muchísima personalidad, fuera es más tímido, más cohibido. Es muy querido por todos y tiene edad para seguir haciendo carrera. Su cambio comenzó a darse en su etapa en Formentera y en Somozas pudimos corroborarlo, como que entendía mejor el juego defensivo. Yo estoy encantadísimo con él.

Creo que Isaac casa perfectamente con la filosofía de este club. Queríamos contar con él en Tercera, pero insistimos habiendo ascendido. Tiene mucha ambición, muchas ganas de crecer. Parece que tiene mucho carácter pero luego es un trozo de pan, muy humilde, que se adapta bien a lo que se le pide. Queremos cambiarle algún hábito y es posible porque acaba de cumplir 20 años. Venía con la idea de jugar en la banda izquierda, aunque en esta categoría creo que es mejor por la derecha o, en algunos contextos, como segundo punta. El día de la Arandina revolucionó el partido con su potencia física excepcional. En el momento en el que mejore la toma de decisiones será otro de los que vaya para arriba. Es un jugador con muchísimo gol. Fue el primer jugador con el que hablamos tras el ascenso.
Cinco primeros partidos sin perder
Empezáis el campeonato y no perdéis en los cinco primeros partidos. ¿En qué sorprendió en Racing Villabés a sus rivales?
En el primer partido, contra el Oviedo Vetusta, ellos no sabían cuál podía ser nuestra propuesta ofensiva. Los sorprendimos y los superamos. Ese partido fue muy bueno por nuestra parte. Creo que el 1-2 es injusto en una jugada que creo que no es penalti y los mete en el partido, pero creo que los cambios nos dieron el tercero, que fue un golpe anímico importante porque nos vimos capaces de competir desde el primer partido. Los resultados hacen que los jugadores nos den su confianza y que nosotros reforcemos nuestra idea. En la pretemporada solo perdimos contra el Racing de Ferrol, luego competimos con los de Segunda Federación, con los de Tercera fuimos capaces de dominar y ser superiores a ellos. En el primer partido en casa, contra el Avilés, fuimos capaces de neutralizar al rival. El día del Rayo Cantabria fuimos capaces de sufrir, que no es fácil, en una primera parte durísima ante el que para mí es el mejor rival de los que llevo visto después del Zamora. Contra el Covadonga, la primera ocasión que nos hacen fue el penalti y la segunda la falta lateral en la que nos hacen el 0-2.
Hablando del equipo, se te ve tranquilo ante el objetivo de conseguir la permanencia.
La permanencia está muy lejos, pero sé que vamos a ser muy competitivos, que vamos a hacer grandes partidos, que siempre vamos a estar en ellos, pero el formato de cinco descensos y un play-out en un grupo de 18 creo que es un formato súperexigente. No solo hay que ser competitivo, sino hacerlo durante muchísimos meses. Estoy tranquilo porque observo el trabajo del equipo y me gusta mucho lo que veo. Incluso, el pasado domingo, contra el Covadonga, el equipo lo intentó hasta el final. Este lunes, tras el partido contra el Covadonga, les decía que si ganásemos estaríamos segundos, ahora estamos octavos, pero la situación es la misma, los puntos no nos quitan de la realidad.

Hablabas del formato competicional y de la profesonalidad de la categoría. Parece que hay una divergencia absoluta entre la profesionalidad de los clubes y la de la Federación.
Probablemente, si nos preguntasen a los futbolistas o a los entrenadores, seguro que las competiciones serían de más de 16, el comentario de los que estamos en el día a día era unánime la temporada pasada. Nosotros siempre hemos tenido la fortuna de vivir temporadas tranquilas, pero lo que pasó después del covid es atosigante para los protagonistas, pues nos ponía en situaciones muy complicadas. No es lo mismo trabajar con presión que sin ella. Los que lo están pasando mal no van a jugar igual de bien que si estuviesen tranquilos y eso ya se ve en el propio espectáculo. En un proyecto como el del Racing Villalbés, en el que buscas la permanencia para tener una estabilidad, si no lo consigues pierdes profesionalidad, no das pasos adelante como club, que es lo que debería interesar al nivel futbolístico. Los equipos que van mal en la primera vuelta se van a reforzar en el mercad de invierno y ésto va a ser larguísimo. Tengo comentado partidos para TVG en esta categoría y se veían unas segundas vueltas llenas de igualdad, con equipos que podían caer en play-off de ascenso o en fase de descenso en la misma jornada. Es una categoría trepidante. Todo lo que hagamos en la primera vuelta es lo que tendremos para comenzar la segunda.
A punto de récord
Un dato importante sobre vosotros. Lleváis siete partidos seguidos sin perder fuera, desde vuestra visita a Calabagueiros en la pasada temporada.
Tengo que decir que en mis primeros años como entrenador del primer equipo me costaba más jugar fuera. Pero sí es cierto, esa confianza con la que el equipo afrontó el play-off, ya el partido decisivo anterior contra el Fabril. En el play-off hubo momentos mágicos, no solo fútbol y que teníamos que ser nosotros los que consiguiésemos el ascenso porque nos salía todo perfecto. Sí, tenemos un tipo de jugadores, un tipo de juego, que fuera de casa nos va muy bien. Esta temporada lo pasamos mal contra el Rayo Cantabria, con un ritmo infernal y después de un viaje en autobús,para mi son favoritos, incluso al ascenso. Frente al Arandina merecimos la victoria, igual que contra el Oviedo Vetusta. Estamos muy contentos con el rendimiento del equipo fuera, con los cambios, que nos permiten tener un fondo de armario importante para modificar momentos y ahora el debe está más en los partidos de casa, a diferencia de años anteriores.

Si el próximo partido no perdéis en Santiago, serás el primer entrenador que suma dos series de ocho partidos seguidos sin perder como visitante en la historia del Racing Villalbés en categoría estatal. Con anterioridad solo lo hiciera Charly una única vez (2010/11). Además, fuiste el primero en subir al juvenil al División de Honor, también el que lleva al equipo a un cuarto nivel interautonómico y ahora ésto que puedes superar. ¿Sientes que formas parte de la historia importante del club?
No, porque estoy disfrutando mucho de la Segunda Federación. Para mí era un objetivo personal conseguirlo, aquí o en otro lugar, pero preferentemente aquí. Es un sueño hecho realidad, como dije en entrevistas posteriores al ascenso. Probablemente, muy pocos retos deportivos me van a hacer la ilusión que me hizo ésto porque es en mi casa; pero no lo disfrutamos demasiado, no somos conscientes porque estamos de lleno metidos en ésto, en conseguir el reto que tenemos por delante. A veces te lo dicen, pero todo el mérito es del club, que también en los momentos malos nos dieron ese respaldo para que los resultados deportivos puedan acabar llegando. Probablemente lo veremos mejor cuando no estemos aquí y concluyamos el proyecto. Ya lo fuera aquel ascenso en la segunda temporada que estábamos en la juvenil Nacional, que nos permitió jugar contra canteras como las del Racing de Santander, del Sporting de Gijón, del Real Oviedo, con el fútbol base, que es el motor del fútbol. Eso que superamos un momento muy duro como el de la muerte de Jorge Tato. Cierto que lo que tiene visibilidad es el primer equipo porque estamos al lado del fútbol profesional; pero si una cosa me gustó del play-off fue enganchar a tanta gente joven. Hoy ves a algún chico que viene a ver los entrenamientos o que los días de los partidos nos vienen a alentar. Estamos sembrando algo que en el futuro se puede recoger.
Manolo Lamas, un padre y algo más
Es inevitable, por lo reciente del fallecimiento, preguntarte sobre tu padre, Manolo Lamas, y lo que significa su perdida para todos, tras más de quince años de delegado del primer equipo.
Para mí era mi padre y solo lo puedo ver de esa forma. Viendo la cantidad de muestras de apoyo que nos dieron muchos futbolistas y entrenadores que pasaron por aquí, creo que era una persona muy leal. En los vestuarios siempre hay algún momento complicado y para él, fuese quien fuese el entrenador, todo estaba bien. Después, en la vida, más allá del fútbol, era una persona que pensaba más en los demás que en él mismo; en mí pensó muchísimo por eso yo creo que estoy aquí gracias a él. Siempre intentó que los demás estuvieran bien. Fue un facilitador absoluto. A él le gustaba mucho su oficio, era un trabajador nato, y el fin de semana se lo dedicaba al Racing Villalbés. Es cierto que el otro día fue emotivo, pensé que iba a estar más centrado en el partido. Fue una semana rara en la que no preparé el partido como me gustaría, aunque lo hicieron mis compañeros de una forma muy profesional. Yo estuve excesivamente tenso pero fue muy emocionante y ojalá todo el mundo del fútbol y el Racing lo recuerden como una persona trabajadora, fiel y que pensaba mucho en los demás.

La crisis presidencial
Saliendo de este lado personal, me gustaría que valoraras algo tan extraño como lo sucedido hace poco tiempo, cuando Ruiz quiere dejar la presidencia del club y estáis al borde que que una gestora lo ponga en manos de la RFGF porque nadie quiere asumir el cargo. Es difícil de entender en un club que funciona bien.
Yo creo que no lo iban a dejar morir, que alguien habría para tomar las riendas. Siempre hay racinguistas de corazón que en ese momento darían el paso. Al final fue Juan (Vázquez Carreira) y toda la gente que lo rodea. El club creció en los últimos años para convertirse en algo importante y eso genera una responsabilidad que nos es fácil de asumir. Estamos viendo que los clubs están dirigidos por empresarios, que vamos a un modelo de fútbol-negocio y que resulta difícil asumir responsabilidades de manera altruista. En estos momentos, con una estructura de más de 260 chicos, caminando hacia una profesionalización, es algo que impone. En estos momentos el Racing puede ser la institución más importante de Vilalba y eso hace que se vea con cierto respeto. Después de ver lo de Santo Domingo de la Calzada, donde yo viví el momento más importante de mi carrera, viendo tanta alegría, creo que no dejarían morir al club.
Los mejores recuerdos
El partido contra a Calzada fue el mayor éxito de tu carrera hasta ahora. ¿Qué momentos no se borrarán nunca de tu memoria sobre lo sucedido aquel día?
La tranquilidad absoluta no la tuve hasta que marcamos el 0-3 en tiempo de descuento. El gol se produjo en un escenario muy bonito, pues con él ya comenzó la celebración. Hasta ese momento estábamos centrados en que ellos no marcaran ese gol que los metiera en la eliminatoria. Lo que nunca olvidaré fue ese final del partido, cuando todo el mundo te viene a felicitar fue ver las caras de felicidad, de asombro, de muchos racinguistas que pasaron años malos aquí en Preferente. Que esta gente sienta como propio todo esto a mi me llena de felicidad e ilusión. En cuanto a las celebraciones, me gusta que los protagonistas sean otros y yo quedarme en un segundo plano. Por eso, ver a ex jugadores, ex presidentes, ex entrenadores, con lágrimas en los ojos, o a familiares de jugadores que acababan de llegar y que ya se sintieran parte de nuestra familia me hizo muchísima ilusión. Ese fue uno y otro, cuando conseguimos la clasificaron para el play-off, ver como esto se llenaba de chicos y que luego ellos fuesen a los desplazamientos, incluido el último, tan lejano. Yo creo que éso es lo que nos quedará ahí para siempre, como ahora que vienen aquí, que nos conozcan, que nos pidan autógrafos a este nivel, que es algo que nunca pasó. Cambiamos un escenario, con lo difícil que es, es lo que más nos llena y quedará en el recuerdo.